No todos los bolsillos pueden permitirse un coche nuevo, ni todas las circunstancias motivan ese desembolso. A lo mejor quieres para tu hijo un coche por el que que no sufra cuando le de ese primer golpe mientras aparca. O quien lo necesita eres tú, pero solo le vas a dar un uso puramente utilitario y crees que un vehículo de segunda mano cumplirá con tus necesidades. El caso es que los automóviles usados son una opción de precio reducido para cumplir con las necesidades de mucha gente. Pero, al igual que un coche nuevo, los coches de segunda mano deben tener seguro. La diferencia es que, a la hora de contratarlo, el proceso puede ser un poco diferente que al asegurar un coche nuevo. A continuación, resolvemos tus dudas acerca del seguro en coches de segunda mano, así como las modalidades y garantías que más te interesan.
¿Qué pasa con el seguro al comprar un coche de segunda mano?
Un coche de segunda mano es aquel que ha tenido otro dueño previamente. Por tanto, y en circunstancias normales, ese vehículo debería tener seguro en el momento en que lo compras. Esto te supone un paso a mayores de cara al papeleo: además de hacer el cambio de titularidad en la DGT, el anterior propietario y tú debéis contactar con su aseguradora para comunicarles la venta. Pero antes de informar al seguro anterior, necesitáis decidir si ese seguro se mantiene, y a nombre de quién.
Las opciones más habituales serán que el anterior propietario te traspase su seguro, o darlo de baja y tener que contratar un seguro nuevo. Cada una de estas posibilidades tiene un funcionamiento y unos detalles específicos.
Traspaso del seguro del propietario anterior
Una posibilidad será que el vendedor del coche te traspase su seguro. Ya que los seguros se pagan por adelantado, los meses que queden hasta que venza la póliza serían contigo como tomador. En este caso, lo más habitual será que el anterior propietario del coche encarezca un poco el precio de venta para recuperar la cantidad de la prima del seguro que consumirás tú.
Sin embargo, traspasar el seguro no siempre será posible, ya que la aseguradora debe aprobarlo previamente. Por supuesto, el seguro no puede oponerse a que tú compres ese coche, pero sí podrá negarse a asegurarte con las condiciones del anterior propietario.
Desde que se notifica el cambio a la compañía, ellos tendrán 15 días para informaros sobre si aceptan o no el cambio de titularidad. En la mayoría de casos, cuando las seguradoras aceptan el traspaso, también solicitan el pago de una sobreprima para compensar la diferencia entre los perfiles de riesgo.
La principal peculiaridad si decidís hacer un cambio de titularidad del seguro será que la fecha de renovación no será pasado un año. En su lugar, se mantendrá la fecha de renovación que tuviera el anterior propietario. Así, deberás pagar por el seguro dos veces en el mismo año, a razón de sobreprima y renovación. Tal vez pueda resultarte un desembolso muy grande, y finalmente decidas que no quieres que te traspasen el seguro del vendedor. Si te ves en este caso, podrás notificar que no te interesan las condiciones en un plazo de 14 días, dar de baja esa póliza sin penalizaciones y contratar otro seguro desde cero.
Contratar un nuevo seguro
Será la opción con la que más papeleo tengas que hacer inicialmente, pero también la más cómoda en el largo plazo. En este caso, no tendrás que estar pendiente de cuándo vencía el seguro del anterior propietario, ni de la posibilidad de tener que pagar una sobreprima.
Si optáis por esta opción, el vendedor del coche también deberá comunicar la venta a la compañía. En este momento, él o ella tendrá que decidir si aprovecha la parte de la prima no consumida para otro vehículo a su nombre, o si solicita el extorno de la prima. A ti, como comprador, esa decisión no te afectará porque ese seguro dejará de estar en vigor.
Tú, por tu parte, debes comparar precios para tu nuevo seguro y contratar el que más te interese. La fecha de entrada en vigor deberá ser la de compra. De esta forma, te asegurarás de estar cubierto desde que tengas las llaves de tu coche recién comprado.
En caso de que quieras contratar un seguro nuevo, tu seguro funcionará con normalidad. Así, pasado un año, se te cobrará otra vez, o podrás darlo de baja si decides cambiarlo.
Mantener el seguro a nombre del vendedor
Como tercera opción, puedes plantearte dejar las cosas como están, centrarte en hacer los papeles del cambio de titularidad y preocuparte del seguro cuando venza la póliza anterior. Esta puede parecerte la opción más cómoda, porque no te supone nada de burocracia ni papeleo. Sin embargo, no es nada recomendable, porque puede generaros problemas tanto a ti como al anterior propietario.
Si decidieras hacer esto, de cara a las compañías será como si tú no tuvieras seguro. Así, si tu perfil de riesgo es muy diferente al del anterior propietario, el seguro podría no cubrirte. Además, cuando esta póliza venza y quieras contratar otro seguro a tu nombre, no tendrás bonificaciones, independientemente de tu buen historial de siniestros.
Así, aunque dejar el seguro como está parezca la opción más cómoda, en realidad será la más cara en el medio y largo plazo. Por tanto, no la recomendamos en ningún caso.
Cuando el coche de segunda mano no tiene seguro
Aunque no sea la norma, otra de las posibilidades es que el coche de segunda mano que vayas a comprar no tenga seguro. Puede ocurrir si lleva mucho tiempo en venta y el vendedor decidió no renovar la póliza cuando llegó el momento.
Si se da esta situación, puede suponerte un quebradero de cabeza a mayores: Tú, como comprador, no podrás llevarte el coche hasta tu casa si no tiene seguro. O, si lo hicieras, correrías un doble riesgo: por un lado, si sufrieras un accidente, no tendrías seguro de responsabilidad civil que te cubriera. Por otro, podrían multarte por conducir sin seguro, y tu coche se lo llevaría la grúa. Por tanto, aunque el riesgo de llevarte el coche sin asegurar parezca pequeño, las consecuencias serán muy grandes si ocurriera algo.
En este caso, tu mejor opción será contratar un seguro por días en el momento de la compra. Te permitirá llevarte el coche a tu casa y circular protegido durante este trayecto, pero solo con las garantías esenciales (habitualmente, responsabilidad civil y cobertura jurídica). Una vez llegues a tu destino, podrás comparar seguros y contratar el que mejor se ajuste a tus circunstancias y a tu coche nuevo, ya con validez de un año y con todas las coberturas que necesites.
Contratar seguro para coches de segunda mano
La forma de contratar un seguro para un coche de segunda mano será igual que para un coche nuevo: deberás buscar el mejor seguro para ti, facilitar tus datos a la entidad que lo gestione (habitualmente la aseguradora en sí, o un mediador como CHECK24) y pagar la prima. Necesitarás tu DNI y tu carnet de conducir, el permiso de circulación del coche y la tarjeta de ITV para consultar toda la información del vehículo.
Sin embargo, en el momento de decidir qué contratar sí que puedes encontrar diferencias. Desde la modalidad a las coberturas que más falta van a hacerte en el seguro de tu coche de segunda mano, elegir unas u otras puede garantizarte un gran ahorro en el seguro de tu coche.
¿Qué modalidad es mejor para asegurar un coche de segunda mano?
A la hora de elegir modalidad para el seguro de tu coche de segunda mano, debes fijarte en la fecha de primera matriculación.
Si hace solo dos o tres años desde la primera matriculación del coche, es posible que el seguro todavía te indemnice por su valor de nuevo en caso de pérdida total. Esto querrá decir que, si tu coche queda siniestro total, la aseguradora te dará una cantidad de dinero suficiente para comprar un coche nuevo de las mismas características.
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Una vez pasan esos dos o tres años, la cosa cambia. Para coches de más de cuatro años, las aseguradoras suelen indemnizar con el valor venal independientemente de la modalidad que tengas contratada. Esto quiere decir que, si el coche queda irrecuperable, te pagarán la cantidad que valía en el instante previo al siniestro, con las correspondientes depreciaciones. Por tanto, si eligieras un seguro a todo riesgo para un coche de más de 4 años, funcionaría como un terceros, a pesar de estar pagando una prima más cara.
Aun así, puede ser que te interese tener el coche de segunda mano asegurado a todo riesgo por otro motivos. Por ejemplo, porque quieres que el seguro se haga cargo de las reparaciones siempre. En ese caso, será necesario peritar tu coche.
Si eligieras asegurar tu coche de segunda mano a todo riesgo, el funcionamiento habitual será que la compañía te asegure a terceros de forma provisional. A continuación, un perito revisará el estado actual del coche. También puede ser que la compañía te pida que les envíes una serie de fotografías del vehículo. Una vez se perite el coche con cualquiera de estos métodos, tu seguro a todo riesgo entrará en vigor de forma completa. La peculiaridad será que el seguro no cubrirá los desperfectos que ya tuviera en el momento de la peritación.
En cualquier caso, el seguro más habitual para coches de segunda mano suele ser a terceros. Esta modalidad tiene un precio más económico, a cambio de indemnizaciones por el valor venal, que son menos cuantiosas, y coberturas más limitadas. Sin embargo, también será posible contratar garantías adicionales, o ampliar las ya disponibles.
Seguros para coches de segunda mano: conclusión
Contratar un seguro para un coche de segunda mano no es más complicado que contratarlo para un seguro nuevo, pero tiene pasos a mayores. En el momento en que compres el coche, deberás decidir qué hacer con su seguro anterior. E, independientemente de si eliges seguir con el seguro del vendedor o contratar uno nuevo, antes o después te recomendamos comparar seguros para obtener el mejor precio.
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Patricia es periodista y redactora especialista en el sector de los seguros. Patricia aporta contenido relacionado al mercado de los seguros de coche.