Mentir al seguro del coche puede parecer, a simple vista, una forma de ahorrar dinero o conseguir una indemnización rápida. Sin embargo, la realidad es muy distinta: la estafa a un seguro de coche trae consecuencias graves que afectan no solo a tu bolsillo, sino también a tu historial como conductor e, incluso, a tu libertad.
En esta guía te contamos qué se considera fraude al seguro de coche, cuáles son las formas más habituales de engañar a la aseguradora y qué sanciones o problemas puedes enfrentar si caes en la tentación.
Existen multitud de formas de estafar al seguro del coche, desde partes falsos hasta fingir robos. Puede parecer tentador, pero mentir al seguro de coche, ya sea de forma consciente o inconsciente, puede acarrear consecuencias graves: desde la anulación de la póliza hasta multas y cárcel.
Formas de mentir al seguro de coche
Aunque pueda parecer algo inofensivo, existen diferentes formas de mentir al seguro de coche con la intención de pagar menos prima o conseguir una indemnización indebida. Estas prácticas, que van desde omitir información al contratar hasta falsear un parte, se consideran fraude y pueden tener consecuencias muy serias para el asegurado.
Mentir durante la contratación del seguro
Al contratar un seguro de coche, la aseguradora o el intermediario que te lo gestione te pedirá muchos datos. Y es de sobra conocido que todos ellos afectan al precio que pagarás, en mayor o menor medida.
Por eso, la sabiduría popular más pícara recomienda no declarar correctamente conductores, características del coche o lugar de aparcamiento para ahorrar algo de dinero. Sin embargo, las aseguradoras conocen estos trucos, y tienen una respuesta contundente contra ellos.
Imagina que, al contratar tu seguro, decides declarar que tienes garaje y que, por las noches, aparcas ahí, aunque en realidad dejes el coche en la calle. En el momento, estarás seguro de haber ahorrado en tu seguro, y todo gracias a una pequeña inexactitud que tampoco suele tener grandes consecuencias. Sin embargo, una mañana vas a coger tu coche para ir a trabajar y ves que no está donde lo aparcaste: te han robado el coche durante la noche. Con un gran disgusto en el cuerpo, pones una denuncia y avisas al seguro, resignándote con que, por lo menos, recibirás algo de indemnización. Sin embargo, pasan las semanas y la aseguradora te notifica lo peor: no te van a indemnizar porque lo ocurrido era un riesgo no asegurado.
Así, si sufrieras un siniestro en el que fuera evidente el engaño, como ocurre en este ejemplo, tu aseguradora se negará a cubrirte. Al fin y al cabo, el riesgo que tú les declaraste era diferente al real.
Incluso es posible que la aseguradora anule la póliza si les has dado datos incorrectos para que el seguro sea más barato. En este caso, la compañía considerará que se ha actuado de mala fe para conseguir beneficios a su costa y cortará por lo sano.
Mentir al dar un parte
Todas las posibles mentiras que se pueden dar al contratar un seguro tienen el gran riesgo de no estar cubierto, aun después de pagar la prima. Es, en todos los casos, una práctica nada recomendable porque ahorrar unos euros puede salir muy caro.
Sin embargo, hay quien no se queda ahí, sino que además da partes fraudulentos para enriquecerse a costa del seguro. Mentir al dar un parte es, de lejos, la forma de fraude al seguro más peligrosa, y por desgracia la más habitual. La creatividad a la hora de inventar sucesos no conoce límites, pero entre los más habituales se encuentran:
¿Qué tipo de acciones son más comunes al estafar al seguro del coche?
El fraude en seguros de coche es más habitual de lo que imaginas: se calcula que casi 7 de cada 100 partes declarados esconden algún tipo de engaño. Veamos los intentos de fraude al seguro más repetidos:
Fingir un robo
Muchos seguros cubren el robo del coche, y uno de los engaños más comunes es denunciar un robo ficticio para cobrar la indemnización por pérdida total del vehículo. En ocasiones, el propio dueño abandona el coche y presenta la denuncia como si se lo hubieran sustraído.
Manipular o modificar la escena del accidente
Algunos conductores alteran los daños tras un siniestro o cambian la versión de los hechos para que parezca que la responsabilidad recae en el contrario o para incluir desperfectos previos como si fueran nuevos.
Inflar el coste de reparar un vehículo
Otro clásico es el acuerdo con talleres para incrementar el presupuesto de reparación. La aseguradora termina pagando más de lo debido y el asegurado recibe, en algunos casos, una compensación económica indebida.
Facturas falsas de talleres
Un paso más allá es presentar facturas falsas de reparaciones nunca realizadas. Esta práctica está tipificada como delito y puede derivar en graves sanciones penales.
¿Qué pasa si miento al seguro de coche? Consecuencias:
Ya hemos visto que, por inexactitudes al suscribir la póliza, las aseguradoras pueden proceder retirando la cobertura, o reduciéndose porcentualmente. Esta también será una consecuencia de mentir al seguro en el momento de dar un parte. Pero, en este caso, las compañías no se quedarán ahí.
Retirada de las coberturas y anulación de la póliza
El seguro del coche excluye, expresamente, los daños producidos a propósito. Esta exclusión, presente en todas las pólizas de seguro de coche, también se refiere a los montajes, fraudes y falsos hurtos que se hacen para cobrar la indemnización.
En estas circunstancias es especialmente habitual la anulación de la póliza. Quien comete cualquiera de estos fraudes es habitualmente catalogado por la aseguradora como un perfil muy arriesgado.
Dificultad para encontrar otro seguro
Tras haber mentido en el seguro del coche y que se haya cancelado tu póliza, será necesario buscar otra. Sin embargo, esta tarea no será fácil. Las aseguradoras se informan entre sí de circunstancias como esta, igual que del impago o de la siniestralidad. Así, otras compañías sabrán del intento de fraude al seguro y te considerarán no asegurable.
Mentir al seguro, penado con cárcel
Engañar al seguro para conseguir arreglos gratis o sacar una indemnización no merecida ya tiene, por sí solo, graves consecuencias. Pero, además, y sobre todo para intentos de estafa por cuantías muy altas, la aseguradora no se conformará con anular la póliza, sino que puede incluso emprender acciones legales.
Mentir al seguro está considerado delito de fraude y se recoge en el Código Penal. Las penas por cometer fraude son elevadas multas y penas de entre seis meses y tres años de cárcel, dependiendo de la gravedad del delito.
La estafa al seguro de coche nunca sale rentable. Lo que parece un pequeño ahorro o una indemnización rápida puede terminar en:
- Anulación de tu póliza.
- Imposibilidad de encontrar otra aseguradora a buen precio.
- Multas económicas.
- Penas de prisión en los casos más graves.
En definitiva, mentir al seguro del coche es un error que puede costarte caro. La mejor forma de protegerte es ser sincero en la contratación, declarar los partes con veracidad y comparar opciones de pólizas transparentas y competitivas, como las que encontrarás en CHECK24.
Preguntas frecuentes fraude al seguro
¿Cómo detectan las aseguradoras un posible fraude?
Las compañías cuentan con equipos antifraude especializados que revisan los partes sospechosos. Analizan patrones de comportamiento, investigan la veracidad de las denuncias y contrastan los informes de talleres y peritos.
Además, los sistemas de big data e inteligencia artificial cruzan datos con otras aseguradoras para identificar incoherencias.
Me han acusado injustamente de defraudar al seguro, ¿qué hago?
Si tu aseguradora te acusa de intento de fraude al seguro sin razón, lo primero es solicitar por escrito la explicación y las pruebas que lo justifiquen.
Puedes:
- Reclamar ante el Defensor del Asegurado de la compañía.
- Acudir a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP).
- En última instancia, presentar una demanda judicial para defender tu inocencia.
¿Existe una lista negra de personas que cometen fraudes al seguro?
Sí. En España existe el fichero SINCO, una base de datos compartida por las aseguradoras donde se incluyen los antecedentes de los asegurados: siniestralidad, impagos y, por supuesto, fraudes comprobados.
Estar en este registro dificulta enormemente contratar una póliza en el futuro o implica pagar primas mucho más elevadas.
¿Se puede cometer fraude sin saberlo?
Aunque lo habitual es que haya intención, en ocasiones un asegurado puede mentir sin ser consciente. Por ejemplo:
- Olvidar declarar un conductor habitual en la póliza.
- Exagerar en el parte los daños sufridos.
- No actualizar la dirección donde duerme el vehículo.
La aseguradora puede interpretar estas omisiones como mala fe, por lo que conviene revisar bien los datos y ser completamente transparente.

Patricia es periodista y redactora especialista en el sector de los seguros. Patricia aporta contenido relacionado al mercado de los seguros de coche.